En el funcional y elegante espacio escénico de la Escuela de música de Turre, sometimos nuestro espectáculo a una nueva prueba de aceptación ante un lleno del patio de butacas que acabó colmando nuestras expectativas, con un público participativo y entregado.
Acceso al espacio escénico
El pelele espera pacientemente el inicio de la función
Sorprendidos por un par de autorretratos, en el vestuario,
minutos antes de comenzar
La Charanga impasible
El temible juego en la Rueda de la Fortuna
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